El líder campesino César Chávez ha recibido la atención de los medios de todo el mundo una vez que su busto ha sido colocado en el despacho oval como uno de los símbolos de la nueva presidencia de Estados Unidos. César fue amigo y compañero de lucha del obispo agustino recoleto Alfonso Gallegos, cada uno desde su propia condición y vocación.
Una de las curiosidades tradicionales cuando un nuevo presidente asume el gobierno de Estados Unidos es ver cómo ha decorado el despacho oval. Los presidentes lo saben y aprovechan la circunstancia para lanzar mensajes y recuperar símbolos.
En su recién estrenada presidencia, Joe Biden ha hecho profundos cambios con el propósito nada escondido de diferenciarse y posicionarsefrente al anterior inquilino. El miércoles 20 de enero tuvimos la oportunidad de ver, por primera vez, este “nuevo” despacho oval.
Entre varios símbolos (alfombra, cortina, cuadros, sillón o la eliminación del botón de la “coca-cola”), están los personajes que “acompañarán” a Biden de una forma cotidiana. Y entre ellos está César Chávez, representado con un busto llegado desde California. Está situado detrás de la silla presidencial, en una mesilla con fotografías familiares.
César Chávez (1927-1993) nació en Estados Unidos, hijo de una pareja de agricultores emigrantes de Chihuahua (México). Desde los años 60 comenzó una lucha sin cuartel por los derechos de los agricultores. Su memoria está en calles y barrios que llevan su nombre por todo Estados Unidos, en la publicación de libros, artículos, documentales y películas. Su reucerdo es tal que incluso tiene un día propio señalado: el 31 de marzo.
En términos políticos Biden ha lanzado un poderoso mensaje aprobando de inmediato medidas sobre la pandemia, el Acuerdo Climático de París, la vuelta a la OMS o la congelación del muro fronterizo. Pues en términos simbólicos la presencia de Chávez en el despacho oval es toda una declaración de intenciones sobre las políticas migratorias, el respeto a las minorías y la defensa de los trabajadores más desfavorecidos.
Chávez y su sindicato, United Farm Workers, fundado en 1962, llevaron a cabo acciones pacíficas como huelgas de hambre, caminatas y peregrinaciones —como la marcha de miles de campesinos en 1966 recorriendo los 400 kilómetros que separan Delano de Sacramento—, manifestaciones o boicot a productos para que los propietarios de tierras y empresas negociasen con sus trabajadores.
En esta lucha Chávez tuvo un compañero y amigo que hizo su tarea desde su propia vocación y misión. Es el obispo agustino recoleto Alfonso Gallegos (1931-1991), muy activo en la denuncia de la injusticia social. Como autoridad eclesiástica apoyó con acciones concretas a los trabajadores explotados, las personas sin hogar, los migrantes marginados y la población más desfavorecida.
Chávez era abiertamente católico y mantuvo una estrecha amistad y no pocas reuniones de trabajo con Alfonso Gallegos. A su vez el obispo, debido a su autoridad y especialmente a su carisma de acogida y escucha, asesoró a muchos líderes locales de la United Farm Workers.
En una de las fotos de este artículo puede verse el autógrafo dedicado de Chávez a Gallegos en la foto:
“Para mi amigo el Padre Gallegos con todo cariño y respeto. Paz y Justicia. César Chávez, 23 de diciembre de 1972. Paz”.
Gallegos visitó numerosos campamentos agrícolas formados por trabajadores migrantes empobrecidos, explotados con salarios de miseria y con unas condiciones de vida deplorables junto a los campos que trabajaban. A muchos de ellos les animó y apoyó para que no tuvieran miedo a exigir justicia en sus lugares de trabajo. También intercedió ante las autoridades y ante la opinión pública para que se mejorasen sus condiciones de vida en todos los aspectos.
Según Paul Chávez, presidente de la Fundación César Chávez e hijo del líder agrario, su padre siempre dio un papel preferencial y motivador a su fe católica, que consideraba el verdadero motor de su lucha por los derechos humanos. Sin esta fe no hubiera conseguido superar las dificultades ni pronunciar su famoso lema, “Sí, se puede”, el mismo que años más tarde popularizó Obama y fue recogido por movimientos sociales de todo el mundo. Según Paul Chávez,
Cesar Chavez and Bishop Alphonse Gallegos.
— Geoff Gallegos (@stravingus) September 15, 2018
Two Californians who put in the work.#HeritageMonth #SaintAl #Selfless pic.twitter.com/MxCCu8TJta
“Este lema se puede aplicar a todas las personas que se enfrentan a una tarea especialmente difícil, puede levantar los ánimos. Si trabajamos sin violencia, hay mucho más que se puede lograr”.
De hecho, su padre siempre usó la reivindicación sin violencia, la resistencia pacífica, y ante la violencia y las amenazas, simplemente decía:
“Pongo mi futuro en las manos de Dios, pero seguiré adelante con mi tarea”.
Como último detalle, Julie Chávez Rodríguez, nieta de César Chávez, ha sido nombrada directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentalesde la Casa Blanca. Antes trabajó en la campaña de Kamala Harris como directora político-nacional y jefa de personal itinerante; durante la administración Obama fue asistente especial del presidente y subdirectora de la Oficina de Participación Pública.